08 abril 2014

Artículo Opinión


Josué Díaz Moreno


EN DEFENSA DE LA MILITANCIA SOCIALISTA
CARTA A JUANI BOTO


Estimado Juani,
Con el mayor de los respetos hacia su opinión y hacia la formación política por la que trabaja, quisiera plantearle algunas reflexiones al artículo que ayer se publicaba en El Vendaval, y de manera más extensiva, a la línea discursiva con que viene colaborando en este blog desde que naciera meses atrás.
Comparto el punto de partida (indignación con la situación política actual, secuestro de la democracia) y de llegada (política con mayúsculas y ciudadanía activa para acabar con la política de gama baja centrada en intereses personales) de su análisis. De la misma manera, creo que compartimos el rechazo hacia ciertas formaciones políticas y personajes de este pueblo. Pero, por las razones que a continuación expongo, difiero en algunos de los puntos intermedios de su discurso, sobre todo en cuanto a la crítica que dirige a la militancia socialista. Veamos.
En primer lugar, a mi juicio, peca usted de cierta soberbia al pretender detentar el monopolio de la verdad, pues olvida, que, partiendo de corrientes varias de la epistemología y la gnoseología, todo objeto de conocimiento quedaría siempre condicionado y transformado por el sujeto de conocimiento. Es decir, no existe la verdad pura, sin más. Partiendo de esta premisa y sin ánimo de transitar los horizontes filosóficos de D. Hume, quisiera invitarle a que analizara conmigo las siglas del partido que defiende, desde posicionamientos libertarios y anarquistas. Por ejemplo, le invito a la lectura de politólogos de contrastada valía como Carlos Taibo, que no duda en definir a IU como partido atrápalotodo (en alusión a un distanciamiento de planteamientos más radicales que les permite alcanzar un mayor rédito electoral entre simpatizantes de izquierda más moderados), que también haría el tipo de politiqueo interesado al que usted alude en su artículo, manteniendo a flote las miserias de los sindicatos mayoritarios y abonando el camino de hipotéticos pactos con el PSOE. Taibo, recuerda que IU permutó a nivel discursivo el termino comunismo por el oxímoron socialismo democrático (en palabras del autor, primo hermano de la socialdemocracia, o como mucho de una socialdemocracia radical); que la coalición de izquierdas se beneficia del cansancio y el hastío de muchos votantes de la izquierda desencantados con el PSOE, que ven en IU la opción menos mala, pero no terminan de comulgar con sus planteamientos y por ello no fidelizan su compromiso (valga el ejemplo del efecto del voto útil). Por último, también critica el autor el efecto tapón que juega IU con los movimientos sociales, generando una malla absolvente y acaparadora1.
Sin que coincida con todos los planteamientos de Carlos Taibo –que ello le quede claro-, lo que pretendo es que entienda usted que no detenta el monopolio de la Izquierda, ni menos de la verdad, y que en muchos casos, esa verdad, depende del punto desde donde se enfoque la realidad. Confío en que haya sido capaz de expresarme con claridad y las pasiones no le lleven a confundir esta primera reflexión.
En segundo lugar, quería plantearle una reflexión desde el pluralismo político y el eclecticismo analítico, huyendo de la pureza ideológica que usted tiene el orgullo de exhibir, pero que entenderá, no sería sano ni enriquecedor que replicáramos todos, salvo riesgo de querer rozar las fronteras del pensamiento único y el totalitarismo, que lo largo de la historia los ha habido de distintos colores con nefastos resultados para la humanidad. Analizando exclusivamente la militancia de base, estará conmigo en que ni los simpatizantes de IU son los únicos militantes de Izquierda, ni todos los simpatizantes del PSOE son necesariamente de centro. A partir de ahí, pienso yo, uno puede leer y comulgar con Marx (en todo o en parte), ser cristiano, estar casado por la iglesia, no tener antepasados republicanos, tener una empresa, y considerarse votante y militante de Izquierda, independientemente de si vota al PSOE, a IU o IA. No veo la incongruencia, siempre que desde el día a día se luche por las causas socialistas con pasión e integridad. Confío en que entienda esto y no arremeta nuevamente con el discurso del cinismo y las lecciones de buena izquierda y ética kantiana, dirigido contra militantes de base, porque estaría usted dejando fuera del discurso a personas de gran valía como F. Houtart o Paulo Freire, por citar algunos ejemplos dentro de ese pluralismo enriquecedor.
Entenderá, por tanto, que haya militantes y personas que no compartan su enfoque monocorde de la realidad, y particularmente, me sienta incómodo cuando se presenta y dirige a nosotros, los militantes de base del partido socialista, dando lecciones de moralidad, pues creo que genera un triste efecto excluyente y ortodoxo, más propio de postulados de otras fuerzas políticas, y que dicho sea de paso, tampoco creo que le haga bien a las siglas del gran partido para el que usted trabaja donde, precisamente, el pluralismo y la riqueza de opiniones son parte de sus señas identitarias y de sus principales fortalezas. No obstante, si sigue insistiendo por esa línea, estaré encantado de tomar un café con usted, curriculum vitae en mano, para que examine la pureza de mis valores y mis postulados, si así lo desea y le ayuda a dormir más tranquilo y alejar ciertos fantasmas que parece, le rondan en torno a el grueso de compañeros y militantes de base que, como yo, confiamos en que es posible hacer política con mayúsculas y de izquierdas, desde el PSOE. Se lo digo con el mayor de los respetos, créame, tan sólo, para que termine de entender que nadie es mejor que nadie, y que las siglas, no determinan al individuo, ni al todo, ni por ser uno militante de un partido queda condenado al determinismo existencial.
En tercer lugar, decirle que comparto gran parte de su crítica a los errores del PSOE (como verá no tengo ningún pudor en reconocerlos), y como militante de base, desde el trabajo diario, trato de luchar por un proceso de renovación, reafirmación y reencuentro identitario con los valores y los principios que hacen grande al partido socialista para que vuelva a ser una herramienta de transformación social y progreso. No obstante, no quiera usted cargarnos con todos los pecados del mundo a los militantes de base, que Jesucristo sólo hubo uno, y los fracasos y virajes erróneos son decisiones, en la mayoría de los casos, de las élites políticas a las que no defiendo ni trato de justificar, y no de la base militante que, en cualquier caso, ha sabido ejercer su voto de castigo cuando ha correspondido, y del que por cierto, IU ha salido beneficiada. Y no olvide, que si hablamos de miserias políticas y politiqueos de las élites, por desgracia, en IU también las ha habido (no tema admitirlo), sin que sea mi intención espolearlas aquí, pues no encuentro valor en ello, si queremos aspirar a la Izquierda como alternativa a esta derecha que nos ahoga, y a la que por cierto, usted se acerca con su intransigencia, recordándome la expresión de Cospedal “es el PP o la nada” (entiéndase el paralelismo).
Finalmente, Juani, aclarándole sus dudas sobre la militancia interesada del PSOE, otro de sus prejuicios de parvulario, le diré que en mi caso, no hay mayor interés en la política local que el de aportar y contribuir desde mis experiencias a transformar la realidad. Realidad, permítame decirle, que es más mucho más compleja que una frase o unas siglas políticas. Este es uno de los aprendizajes que, tras haber residido y trabajado por largas temporadas en 6 países diferentes (4 de ellos del Cono Sur) y transitado por otros 3 (turismo aparte), arriesgando en no pocas ocasiones mi vida, entregado a utopías sociales en defensa de los Derechos Humanos, tengo por premisa. Es lo que tiene, a mi juicio, transcender el localismo, que uno aprende de la práctica, de los modelos reales, de los fracasos, del sufrimiento y las muertes ajenas, y amplía un poco la amplitud de miras por encima de los dogmas, que no siempre sirven para socorrer a las personas, y entonces, algunas tesis se vuelven cuestionables, y se aprende a ser transigente y autocrítico, sin que por ello se abandonen las utopías, se traicione a uno mismo ni se sienta menos auténtico. Entenderá pues, que trate de avanzar en mis utopías desde el día a día, atendiendo más a los modelos, a las personas y sus actos, que a las ideologías.
Siempre he profesado un profundo respeto por el partido para el que trabaja y por los compañeros de su partido, personas que usted cita en su artículo, cuyo compromiso e integridad han sido modélicos desde la adolescencia. Y me consta, que con algunos de sus compañeros la consideración es mutua, lejos del desprecio y la superioridad moral con que usted tiene por pasatiempo juzgar a los militantes de mi partido. En mi caso, prefiero quedarme con ese respeto y esa pluralidad del gran partido que es Izquierda Unida, más que con sus empeños de magistrado inquisidor, más propios del Comité de Salvación Pública del periodo de la Convención revolucionaria francesa.
Por difícil y agotador que le haya sido, confío en que, llegados a este punto, haya entendido que cada uno lucha y encuentra sus causas donde considera. Que personas como yo decidan activar su compromiso y su lucha por otro mundo posible desde la militancia en el PSOE, es una opción legítima. Reconociendo, con todo, que pueda ser equivocada a juicio de otros, en mi caso, tengo la certeza de hallarme en el sitio que me corresponde, sin tener la necesidad de andar comparándome constantemente con otros para construir y afirmar mi identidad. No se empeñe, por tanto, en hacernos dudar, por favor, que empieza a resultar cansino y, sobre todo, obsesivo. Respete a los demás y no se sienta superior a nadie, que no lo es, ni pretenda tampoco detentar el monopolio de la verdad, que nadie la tiene.
Confiando en que haya sabido explicar mis planteamientos, disculpándome por la extensión de la misiva, doy por cerrado de mi parte este desgaste dialógico, y le hago un giño cariñoso para que empleemos nuestras energías en la construcción de propuestas que nos acerquen hacia un horizonte compartido de Izquierdas que considero posible y siento necesario para Almuñécar.
Reciba un cordial saludo,
Antonio Josué Díaz Moreno
Militante de base del Partido Socialista Obrero Español


PD. Revise la cita sobre la verdad y la revolución, pues creo que sus compañeros la habrán utilizado parafraseando a Lennin, autor de la misma.
1 Carlos Taibo, Su crisis y la nuestra. Catarata, Madrid, 2010.

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